El Peplum es un género del cine que relata historias de aventuras, sobre todo de temática antigua greco-romana. Y, por supuesto, los italianos fueron los primeros en potenciarlo.
Fue Filoteo Albertini, el primer cineasta italiano, el que hizo lo que se denominó el pórtico de cine italiano con "La presa di Roma" (1905):
En ella se pretende transmitir el orgullo y la unidad patriótica del pueblo italiano. Para ello se narra la entrada de las tropas italianas en la Roma de 1870, después de ser abandonada por los soldados de Napoleón III, culminando así la unificación italiana.
Claro, que esto no muestra ningún romano de capa roja y espada en mano comandando legiones. Pero sí supuso el nacimiento de la industria cinematográfica italiana cuando sólo dos años después, en 1907, Arturo Ambrosio funda la primera productora italiana con su propio nombre. Siendo él mismo el director de la primer película de la productora, "Marcus Lycinius" (1907), que se trata de una aproximación a Marco Licinio Craso, integrante del primer triunvirato.
Pero no fué hasta 1908 cuando Ambrocio dirige y produce "Los últimos días de Pompeya", inaugurando así la edad de oro del peplum italiano.
Ahora bien, no fueron precisamente los italianos lor pioneros en el peplum, sino Ferdinand Zecca el que en 1902 estrenó el primer Quo Vadis?.
Entonces, ¿por qué hablamos tanto de los italianos si fueron los franceses los inventores del género?, porque el mundo del cine es así, unos crean y otros potencian y desarrollan. Y, a veces, hasta se apropian.